Cubriendo la falta del Obispo fallecido José Ventura Cabello, estuvo por voluntad del Clero hasta su muerte en 1822, el provisor Domingo Remigio Pérez Hurtado, a quien hubo de reemplazar el Pbro. Dn. Martín Coba hasta 1842 cuando fue preconizado Obispo de la Diócesis Monseñor Mariano Fernández Fortique, nativo del Consejo, Estado Aragua (1790). Fue preconizado por el Papa Gregorio XVI y posterior consagración por el Arzobispo de Caracas, Dr. Ignacio Fernández Peña.
Monseñor Fernández Fortique, hijo de José Antonio Fernández y de Teresa Fortique, cursó estudios en el Colegio del Seminario Santa Rosa de Lima, ya entonces Real y Pontificia Universidad de Venezuela. Ordenado sacerdote en 1815, sirvió en las parroquias de San Diego de los Altos y en la parroquia San Pablo que entonces tenía su sede en lo que es hoy el Teatro Municipal de Caracas.
En 1842, luego que los Poderes Públicos lo propusieron para desempeñar el cargo de obispo de Guayana y fuera preconizado y consagrado, hizo su entrada a la ciudad de Angostura en la Navidad de 1842 con mejor suerte que su antecesor pues desde el Vicariato de Cumaná le habían enviado 22 sacerdotes para cubrir las necesidades de la provincia, especialmente de las Misiones, abandonadas y desasistidas desde la matanza de los misioneros.
Monseñor no se quedó fijo sino que inmediatamente, el 3 de agosto de 1842, después de nombrar Vicario Foráneo a Fray Arcángel de Tarragona, emprendió gira pastoral por todos los pueblos de la Diócesis en compañía de su Secretario Silvestre Guevara y retornó a los dos años y siete meses, es decir, el 14 de mayo de 1846, poco antes de que el Congreso Nacional decretara el cambio de nombre de Angostura.
Ya en Angostura, designó una Junta integrada por el Vicario de Tarragona, Santos Gaspari y Merced Ramón Montes para que procuraran los recursos dirigidos a terminar la construcción de la Torre de la Catedral, lo cual se materializó durante el provisorato del sacerdote Silvestre Guevara.
A Monseñor Fernández Fortique no le venía bien el clima de Angostura y debió pasar un tiempo en el Pao donde recibió la grata noticia (1846) de su elección como Senador al Congreso por la Provincia de Guayana. A principios del 47 viajó a Caracas para la instalación del Congreso y en su lugar dejó en calidad de Provisor y Vicario General Gobernador de la Diócesis al Pbro. Silvestre Guevara y Lira, quien más tarde llegaría a ser Arzobispo de Caracas.
Este cuarto Obispo de la Diócesis echó las bases de un Seminario en Guayana para lo cual logró, gracias a su condición de Senador, que el Congreso aprobase 2 mil pesos anuales a los que se sumaron donaciones voluntarias como la de Manuel Machado, quien legó en su testamento 2 mil pesos, lo cual hizo posible la ordenación de 22 sacerdotes de la provincia que vino en buena hora a cubrir las vacantes dejadas durante el lapso 1844 a 1854 por igual número de sacerdotes fallecidos. Entre los sacerdotes ordenados estaban el Pbro. José Leandro Aristeguieta, pariente cercano del Libertador, quien llegó a ser Dean de la Catedral y Vicario Capitular de la Diócesis de Guayana, cargo vacante por el ascenso de Guevara y Lira al arzobispado de Caracas.
Durante el provisorato de Aristeguieta se terminó de construir la Torre de la Catedral e igualmente se levantó el Templo de Santa Ana en la entonces llamada calle Amazonas hoy Guzmán Blanco, sobre una casa donada para tal fin por la señora Ana María Méndez de Pulido, según documento público del 31 de enero de 1856. Vino a ser la segunda iglesia de la ciudad y fue bendecida por el Obispo entrante doctor José Manuel Arroyo y Niño.
Monseñor Fernández Fortique, exonerado de su apostolado, llegó a ser Presidente del Congreso de la República, pero en abril de 1854 renunció a la mitra y quedó como Deán de la Catedral de Caracas. Fue consejero de José Antonio Páez en su gobierno de 1862. Falleció en Caracas el 11 de noviembre de 1866.
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