miércoles, 19 de junio de 2013

La Diócesis de Guayana

Autor: Américo Fernández
1.000 ejemplares
Portada: Nino Marchese Producción y Fotografia: PUBLIMECO
Ciudad Bolívar, Venezuela
Impreso en los talleres de: EDITORA BOSCAN C.A. Carrera 24 N210-51
Telf. (051) 511329 Barquisimeto, Venezuela Mayo. 1991
Reservados todos los derechos de autor .

viernes, 16 de marzo de 2012

Introducción

En mi condición de Cronista de la Ciudad, he aceptado la sugerencia del Deán de la Catedral y Vicario Apostólico, Monseñor Samuel Pinto Gómez, apoyado por el Alcalde y Municipalidad de Heres, de escribir a propósito de su Bicentenario, una breve historia de la Diócesis de Guayana.
Esto no obstante existir un trabajo básico importante del Pbro.  J. M. Guevara Carrera, Canónico Lectoral que fue del Capítulo de la Catedral, titulado “Apuntes para la Historia de la Diócesis de Guayana”, pero que por haber sido publicado en 1930, no  incluye a los prelados sucedidos durante los últimos sesenta años, por una parte y, por la otra, porque se aspira a un documento menos pormenorizado, de mayor énfasis y concreción en lo relevante y manejado con un lenguaje asequible a todos los estamentos de la comunidad, es decir, más popular.
Siendo ésta la motivación, nos hemos propuesto llenarla circunscritos a la investigación bibliohemerográfica, siguiendo un esquema cronológico y teniendo como eje de la narración la biografía de cada Obispo residente de la Diócesis desde su creación el 20 de Mayo de 1790.
Esto ha dado la coyuntura de poder contraer a un texto simple y uniforme dedicado a la Diócesis, elementos dispersos como el de la reconstrucción y restauración de la Catedral metropolitana, la confusión en cuanto al origen de la dependencia eclesiástica del  territorio de Guayana y Oriente, el destino fatal del Vicario de nacionalidad francesa Nicolás Gervasio Labrid,  la decisión de escoger a Guayana ante ciudades como Cumaná y Barcelona de mayor crecimiento, la designación inesperada de un prelado de origen humilde como Monseñor Francisco Ibarra y Herrera para fundar la Diócesis, el origen de la Patrona Nuestra Señora de las Nieves, sustituta del Patrono Santo Tomás Apóstol y otras materias que alimentan y dan forma al deseo de tener a la mano de estudiantes, maestros e interesados, un libro ligero y práctico para el conocimiento de una realidad tan importante y viva en la formación y dirección de la cultura espiritual de Guayana y del Oriente como lo es la Diócesis de Guayana, toda vez que ésta durante tiempo largo tuvo jurisdicción sobre Cumaná, Barcelona e Islas de Trinidad y Margarita.
De igual manera poder incorporar la progresiva desmembración de la Diócesis para dar paso a la constitución de otras hasta quedar reducida a lo que es actualmente la Arquidiócesis de Ciudad Bolívar a cuyo derecho metropolitano están por compensación sujetos todos  los episcopados de Sur y Oriente del país; la memorable como histórica visita de Su Santidad el Papa Juan Pablo II y la firma del Convenio o “Modus Vivendi” del 6 de marzo de 1964 entre la Santa Sede y el Gobierno de Venezuela que regula las relaciones entre ambas potestades.  Todo, por supuesto, como ya lo señalamos, en apretada síntesis, tomando en cuenta el propósito de la presente publicación que ha tenido a bien patrocinar el Concejo Municipal de Heres y el Alcalde Jorge Carvajal Morales, es decir, todo o al menos lo más relevante, con el menor número de palabras posible, tomando en consideración también aparte de las motivaciones citadas, la premura del hombre de nuestros días y el alto costo de las ediciones voluminosas.

Este libro fue publicado con el título "La Diócesis de Guayana (200 años) conforme a las siguientes señas:

Américo Fernández 

1991

Diseño de portada: Nino Marchese

Diagramación, textos e impresión:

Editorial Boscán C.A.

Barquisimeto – Estado Lara  -Venezuela 

Primera  Edición 

Tiraje: 1000 ejemplares

Derechos Reservados











La Iglesia Madre


Capítulo Primero


Dependencias Eclesiásticas





Santo Domingo (Quisqueya) era para sus primitivos habitantes, la madre de todas las tierras, y asociados a esa creencia por intuición o conciencia, los españoles del siglo dieciséis que  llegaron a ella desde Colón, la hicieron madre de las primeras colonias.  De allí partieron Diego de Velásquez a Cuba, Juan Ponce de León a Puerto Rico, Hernán Cortés a Cuba y México, Alonso de Ojeda y Vasco Núñez de Balboa a Tierra  Firme y Francisco Pizarro a Panamá.  En Santo Domingo se establecieron la primera Audiencia de América (1511); el primer hospital (San Nicolás de Bari); la primera Biblioteca y Universidad (Santo Tomás de Aquino, feb. 23 de 1538), el primer Convento franciscano y el primer Obispado (1511),
De manera que el primer obispado o gobierno eclesiástico de América se estableció en Santo Domingo.  Lo creó el Papa Julio II quien reconoció a los reyes de España el Patronato Universal de las Iglesias de Indias.  Este consistía en que el Rey recibiría del Papa el poder para controlar la Iglesia en América a través del derecho de presentar y nombrar Obispos, dividir, aumentar o restringir la jurisdicción de las iglesias, unirlas o suprimirlas, fundación de universidades y control sobre todas las actividades de la Iglesia en América.
El Obispado de Santo Domingo fue elevado posteriormente a la categoría de Arzobispado  y el 8 de abril de 1510  el mismo Papa Julio II, conforme al convenio patronal, creó la Diócesis de Puerto Rico que por su proximidad ejerció jurisdicción sobre Margarita, Cumaná y Guayana.

La Iglesia en Venezuela

Coro, la primera ciudad surgida en el Occidente, fundada por Juan de Ampíes el 26 de julio de 1527, bajo la denominación de Santa Ana de Coro, fue también la primera en tener Episcopado.  El Obispo de Coro fue creado por el Papa Clemente VII en 1531 mediante la Bula “Pro excelentti praeminentia”  expedida en San Pedro de Roma el 21 de junio de ese año.  Su primer obispo fue Rodrigo de Bastidas, quien venía de ser Deán de la Catedral Metropolitana de Santo Domingo.  Era hijo del Adelantado Rodrigo de Bastidas (1460-1526), navegante español que recorrió las costas de Venezuela y Colombia hasta Panamá y fundó a Santa Marta en 1525.
No obstante haber sido designado en 1531 Obispo de Coro, Rodrigo de Bastidas no tomó posesión de la Diócesis sino en 1536 y a la muerte del Gobernador Welser Jorge Spira en 1540, la Audiencia de Santo Domingo lo nombró Gobernador interino de la provincia y en 1542 fue promovido al obispado de Puerto Rico.
Durante la Colonia los Obispados de Venezuela dependieron de Santo Domingo, Puerto Rico y Santa Fe de Bogotá, hasta 1804 cuando se creó el Arzobispado de Caracas con jurisdicción en todos los Obispados de la Capitanía General de Venezuela.  Vale decir que por real Cédula de Felipe IV, fechada en Madrid el 20 de junio de 1637, la silla episcopal de Coro fue mudada a Caracas por el Obispo Juan López Agurto de la Mata.
Antes de la creación del primer Obispado, las Misiones venían desde 1500 asistiendo en los servicios religiosos a los españoles y cristanizando a los indios.  Los negros cuando se implantó la esclavitud en Venezuela también  fueron adoctrinados en el evangelio y  al efecto se crearon las Capellanías  de Negros en las Haciendas y sus propietarios, conforme a las constituciones sinodales en 1687, estaban obligados a sostener al Capellan y construir Capillas con todos los elementos indispensables para la celebración del culto.

jueves, 15 de marzo de 2012

La Primera Misa

Blanco Azpurúa dice que la primera Misa celebrada en Venezuela ocurrió en Santa Ana de Coro bajo una mata de Cují el 26 de julio de 1527; no obstante, el Pbro. Guevara Carrera  sostiene tuvo que haber ocurrido mucho antes si se toma en cuenta que los religiosos  misioneros comenzaron a llegar a Venezuela desde 1500.  Formalmente ha podido ser en 1516 en el primer Monasterio de Franciscanos que hubo en Venezuela tal el de Cumaná o Nueva Andalucía.  La primera Misa en la Provincia de Guayana ha podido ser oficiada por Fray Domingo de Santa Águeda en Santo Tomás de Guayana en 1593 cuando  fue fundada por Antonio de Berrío y en Angostura pudo lógicamente haberla oficiado Fray  Bruno de Barcelona, quien vino en 1764 a mediados del mes de Mayo a bendecir el Fuerte San Gabriel al iniciarse oficialmente la vida de la ciudad bajo la gobernación de Joaquín Sabás Moreno de Mendoza.


Dependencia eclesiástica de Guayana

Los textos históricos que hablan de la organización eclesiástica de Venezuela afirman que el Territorio de Guayana y del Oriente  dependían de la Diócesis de Santo Domingo inicialmente y de la de Puerto Rico a partir de 1510.  Sin embargo, el Padre Hernán González Oropeza, caroreño ordenado en Inglaterra, asesor de la Cancillería de Venezuela desde los tiempos de Rómulo Betancourt  y autor de “Iglesias y Estudios en Venezuela” e “Historia del Patronato”, encuentra muy confuso todo el origen de la dependencia eclesiástica de los territorios señalados de acuerdo a una conferencia dictada en esta ciudad en 1990.  De acuerdo a lo investigado por él, hubo momentos en los cuales la jurisdicción eclesiástica estaba centrada en Puerto Rico, pero de hecho se descubrió que Puerto  Rico hacía este gobierno sin autorización de la Santa Sede.
Por desconocimiento de la Geografía de América se creyó que Puerto Rico estaba mucho más cerca de lo que está con respecto a otras Diócesis como la de Coro, por ejemplo, creada en 1527.  Hasta 1588 fue la primera confusión y luego de esta fecha otra duda, por una parte Santo Domingo y por otra Puerto Rico, de ser la Diócesis de la cual dependerían estos territorios.
Más tarde vino otra complicación cuando Santa Fe de Bogotá pretendió la jurisdicción de Guayana desconociendo a Puerto Rico.  Esto no  se resuelve sino en fecha muy posterior, antes del siglo XVII.  Más aún, se complican los hechos cuando se tramita la creación de una Abadía especial para Trinidad  y Guayana, pero que de hecho no tuvo efecto porque la Bula fue mal redactada y, por último, más perturbada aparece la situación cuando la Santa Sede por una Bula, falsificada o no, otorga jurisdicción sobre Guayana al Vicario Apostólico francés, Nicolás Gervasio Labrid, lo cual hacía suponer  que  la Santa Sede actuaba contra el Rey de España, contra Puerto Rico y contra el  ordenamiento eclesiástico existente.  Todo esto terminó con la trágica muerte del Vicario y su familia de manos de los indios Caribe.

Obispo Nicolás Gervasio Labrid


Nicolás Gervasio Labrid, fue canónigo de la Iglesia Catedral de León de Francia.  El Papa Benedicto XIII lo consagró  Obispo y luego lo destinó a la Guayana.  Llegó a Trinidad en 1733 y se hospedó en la Casa del Gobernador mientras le venía las Bulas y Pase de su Majestad el Rey Carlos.  Estando en el Delta del Orinoco donde ya se había familiarizado y convivía con la comunidad Caribe fue sorprendido y muerto por varios de  ellos, al igual que el Subdiácono Pedro Labranier y el Talarista Luis Lagrange.  El Pbro. Guevara Carrera dice que en el Libro I de entierros que se custodia en el Archivo de la Catedral de Guayana, consta que el Obispo y sus acompañantes fueron enterrados por  Fray Dionisio de Barcelona, en la Iglesia de Santo Tomás de Guayana, el 25 de febrero de 1731, en contradicción con la versión según la cual fue asistido después de muerto por Fray Benito  de Molla, quien lo hizo sepultar en San José de Oruña y tomó su piedra Ara para colocarla en el Altar Mayor de la iglesia de San Antonio de Carona.
Lo cierto de todo esto es que como se dijo antes, la trágica muerte del Prelado terminó  con el problema que  inquietaba al Gobernador de la provincia de Guayana Agustín Arredondo(1726-1731), de tener en su jurisdicción a un Vicario de nacionalidad francesa que virtualmente habría estado conspirando contra los intereses del Rey de España.
El Padre Hernán González Oropeza, en entrevista personal que le hizo quien esto escribe, reafirmó que todo esto de veras terminó con la muerte trágica de Labrid, cuya Bula fue presentada en Guayana la Vieja y reconocida como auténtica por los grandes autores de la Historia de Guayana como son Caulín y Gumilla.   Ambos escribieron, sin embargo, una Historia diferente porque suponían que Labrid cuando vino a Guayana lo hizo por puro amor a Dios, cuando en realidad hay cartas del prelado en las cuales él informa al Gobernador de Martinica haber encontrado un sitio donde establecerse y que bastaba con que enviara unos cuantos soldados para que se establecieran en el lugar, con lo cual ya se estaba poniendo al servicio de los intereses políticos de Francia en contra de España que evidentemente era lo que temía el Gobernador Arredondo, habiendo por ello pedido a los Caribes la eliminación del Prelado y sus acompañantes que fue lo que realmente ocurrió.  Sea que los indios Caribe hayan matado al Obispo Labrid por cuenta y riesgo propios o sea que obedecieron a la consigna política del Gobernador, para el investigador Hernán González Oropeza, este hecho tiene una importante significación en la Historia de Guayana.
El primer prelado que visitó Guayana fue Juan López Agurto de la Mata, Obispo de Puerto Rico, el 23 de febrero de 1634, siendo Gobernador don Luis Monsalve (1629-1635). La diócesis de San Juan de Puerto Rico comprendía los territorios orientales de la actual Venezuela, incluyendo a Guayana y Margarita. Y ese mismo año, el 20 de noviembre,  el Papa Urbano VIII lo designó Obispo de la Diócesis de Venezuela que entonces tenía su sede en Coro.  Fue él, precisamente, quien promovió y logró su traslado a Caracas, pero escaso tiempo duró su episcopado, pues falleció el 24 de diciembre de 1637.
 Otro prelado que desde Puerto Rico visitó Guayana,  ya no Guayana la Vieja sino Angostura que tenía dos años de fundada, fue el Obispo Mariano Martí, quien recibió la consagración episcopal en La Guaira el 17 de enero de 1762 de manos del Obispo de Venezuela, Diego Antonio Diez Madroñero.  Al llegar a Puerto Rico, Martí se identificó pastoralmente con el medio  Al año siguiente de su llegada emprendió Martí una visita pastoral de su diócesis que duró cinco años (1763-1768).  A la de la ciudad de San Juan de Puerto Rico siguió la visita del resto de la isla, y luego pasó a los anexos: Cumaná (1764-68), Barcelona (1765), Margarita (1766), Trinidad (1766) y Guayana - Orinoco (1766-1767), visitó  villas y misiones y alabó la labor de los misioneros capuchinos y jesuitas.